miércoles, septiembre 24, 2008

Muerte de Edipo.

Luego de todas las tragedias que constituyeron su vida, Edipo, rey de Tebas, abandona su ciudad acompañado por su hija Antígona, quien guía sus pasos ya que estaba ciego luego de haberse arrancado los ojos al enterarse que era él mismo quien había matado a su padre y que Yocasta, su esposa, era en realidad su madre.
Es así como ambos llegan a Colono, ubicado en el norte de Atenas, donde el oráculo había predicho que moriría el anciano.
Los habitantes del lugar estaban al tanto de lo ocurrido con Edipo y nos se muestran muy contentos de que este personaje estuviera entre ellos, por lo cual le solicitan que se retire. Edipo no quería dejar de cumplir lo que el oráculo le había predicho y por eso se rehúsa a abandonar aquel lugar.
Y acá hago una pausa para pensar un poco, ya que Edipo no se va de Colono porque el oráculo le había dicho que iba a morir allí, esto nos hace preguntar donde hubiera muerto Edipo de no ser por esa predicción, ya que si no hubiera sido así el antiguo rey de Tebas, supuestamente, no hubiera tenido motivos para quedarse en Colono. Vendría a ser un ejemplo de profecía autocumplidora, donde lo dicho en el pasado termina decidiendo los sucesos que llevan a que se produzca el hecho predicho. Exactamente lo mismo que ocurrió cuando el oráculo le predijo a Edipo que mataría al padre y se acostaría con la madre, lo cual hizo que Edipo saliera a los caminos para evitar el designio… y solo por esto lo terminó cumpliendo.

Ante el problema con los lugareños, Edipo consultó a Teseo, rey de Atenas, y consigue de él su protección y la promesa de ser enterrado en aquel suelo.
Un mensajero de Teseo cuenta al rey que el anciano Edipo, sabiendo próximo su fin, bendijo a sus hijas y luegos ellas partieron de allí para dejar solo a su padre, quien murió solo en medio del bosque, apartado de las miradas de todos.
En la imagen vemos al anciano junto a su hija Antígona.

Fulchran-Jean Harriet (1798-1799).

miércoles, septiembre 10, 2008

9º Trabajo de Hércules: El cinturón de Hipólita.

El noveno trabajo del héroe tiene como protagonistas a las famosas amazonas, se dice que éstas formaban un pueblo donde solo las mujeres tenían lugar y esclavizaban a los hombres con el único propósito de la reproducción, después de lo cual daban muerte al amante para perpetuar su sociedad femenina. Otra de las leyedas referidas a ella es la que cuenta que, para poder disparar mejor con el arco y flecha, se extirpaban un pecho para que no les estorbara el disparo.
Acá vemos una imagen de varias de ellas.


Hércules tuvo que ir a donde ellas vivían debido a que Admete, hija de Euristeo, deseabe el famoso cinturón que Ares había regalado a Hipólita, reina de las amazonas.
El viaje que llevó al semidios al Ponto (hoy llamado Mar Negro) contó con la presencia de otros personajes heróicos tales como Teseo, Telamón y Peleas. Cuando Hércules llegó con las amazonas, Hipólita quedó fascinada por él y le prometió regalarle el cinturón, soñando que así el se quedaría con ella para siempre.
Hera, celosa del fruto de la infidelidad de Zeus con Alcmena, tomó la forma de una amazona y levantó la furia contra el extraño con la mentira de que él deseaba secuestrar a la reina; ellas montaron sus corceles y se lanzaron a la lucha.
Contra su voluntad, Hércules tuvo que acabar con las vidas de muchas de estas guerreras con sus flechas envenenadas y luego pudo capturar a Melanipa, capitana de las amazonas, con lo cual las demás se rindieron. Comprendiendo que no podía retenerlo por siempre, Hipólita entregó su cinturón a cambio de la cautiva, tal como vemos en la imagen.

Hay algunas historias que relatan que Hércules, creyéndose traicionado por Hipólita, la castigó con la muerte.
Hércules entregó el cinturón a Euristeo, luego de salvar a Hesione, hija de Laomedonte, rey de Troya, a cambio de un pago que no fue pagado, por lo que el héroe volvió con un ejército y mató a Laomedonte junto con todos sus hijos, excepto Príamo, quien fuera el rey de Troya cuando atacaron Aquiles, Ulises y los demás héroes griegos, pero tanto la de Hesione como la de la guerra de Troya son otras historias…