viernes, septiembre 21, 2007

La Odisea. Canto XI

Odiseo y sus hombres inician la travesía que los llevaría a las entrañas del Hades, donde moran todos los muertos, destino aterrador a donde ningún hombre mortal había llegado y solo unos pocos elegidos se atrevían a ir, entre otras cosas por la presencia de Cerbero, un terrible perro de tres cabezas totalmente salvaje.

Al llegar al lugar señalado por Circe liban a todos los muertos derramando leche con miel, vino y luego agua pura. Odiseo promete inmolar para ellos la mejor vaca de Ítaca y a Tiresias su mejor carnero. Al matar una vaca aparecen los muertos.
Odiseo vió a Elpénor, muerto en la morada de Circe, y éste le pide llevar su cadáver a su tierra y quemarlo, a lo que Odiseo acepta. Luego aparece la madre de Ulises, Anticlea, que estaba viva cuando su hijo partió a Troya; tanto la madre como el hijo derraman abundantes lágrimas.
Luego viene Tiresias y Odiseo envaina su espada para que él pueda beber la sangre de la vaca.
Tiresias le advierte de no lastimar a las vacas de la isla del sol y le dice que en Ítaca haga homenaje a Poseidón y luego a todos los demás dioses.
La madre le explica a Odiseo que su reino sigue en pie y que Penélope no se casó y que ella murió de pena por su ausencia.
Odiseo quiere abrazarla, pero no puede por ser ella un fantasma y ella lo incita a volver a la luz, pero antes Odiseo habla con varias mujeres, entre ellas Alcmena (madre de Hércules), Yocasta, Cloris (madre de Néstor), Leda (madre de Cástor y Pólux), Fedra, Ariadna. En la imagen vemos a Odiseo hablando con éstas mujeres y comenzando a inquietarse ante la presencia de algunas criaturas que codiciaban beber la sangre del animal.


El héroe también se encuentra con varios de sus compañeros; Agamenón cuenta su muerte, Ayax, Patroclo y luego Aquiles, a quien Odiseo le cuenta que su hijo participó de la treta del caballo contra Troya y salió sin daño. Ayax permanece alejado, ofendido con Odiseo por haberlo vencido y obtenido así las armas de Aquiles luego de morir éste.
También habla con Minos, Teseo, Orion, Piritoo; pero luego los muertos son muchos y Odiseo se va por temor.


12 Comments:

Blogger Centauro said...

(Repito el último post de la publicación anterior por si no lo leen).

Por favor, Sir Peyronel así como también Nemesio, no se tomen mis palabras como si los estuviera presionando para dejar comentarios, yo también visito algunos blogs donde no comento nada y por supuesto que tanto ustedes como yo tenemos el derecho de hacerlo cuantas veces queramos.
A lo que me refería es que no tengo forma de saber quién entra si no deja un comentario, pero si yo quisiera saber cuanta gente entra por día solamente tendría que revisar el contador de visitas ubicado en la parte inferior del blog y me sacaría la duda.
Muchísimas gracias a ambos por sus comentarios y bienvenido Nemesio, espero que siga visitandome aquí, ya sea con o sin comentarios.

septiembre 21, 2007 12:23 p. m.  
Blogger Nemesio said...

Centauro,
no siento ninguna obligacion de firmarle, pero en mi opinion es lo que hay que hacer. Su pedido fue solo una escusa para saludarlo.
Como siempre un gusto leerlo

septiembre 24, 2007 12:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Magníficas Ilustraciones! Ayudan y mucho para que —valga la redundancia— nos ilustremos y nos deleitemos aprendiendo, gracias Don Quirón.

septiembre 25, 2007 12:46 p. m.  
Blogger Centauro said...

El gusto es todo mío, Nemesio, como siempre.

Le agradezco el elogio, Profe, como ya será evidente a esta altura del partido, son imágenes que no tienen nada que ver con la mitología, pero se adaptan bastante. Es bastante engorroso en cada publicación tener que buscar a ver qué imagen puede armonizar con cada relato, pero creo que le dan una cuota de color que no se les puede dar de otra forma.

septiembre 26, 2007 11:43 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Completamente de acuerdo con ambos. Las ilustraciones le dan un toque especial. Por otro lado siempre un placer leerlo don centauro.

Sir Paul K Peyronel

septiembre 26, 2007 12:53 p. m.  
Blogger Centauro said...

Muy agradecido, Sir Peyronel, muy agradecido.
¿Sería mucha impertinencia de mi parte preguntar cómo fue que obtuvo su título de caballero?

septiembre 26, 2007 5:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

En absoluto. Pregunte cuando quiera

Sir Paul K Peyronel

septiembre 28, 2007 2:22 p. m.  
Blogger Nemesio said...

Muchas gracias Centauro por darse una vuelta por mi blog. Y todavia mas por considerarme digno de ensanchar su lista de favoritos.

septiembre 28, 2007 2:31 p. m.  
Blogger Centauro said...

Eh... claro, sí... en fin.
Ya que puedo, le pregunto, Sir Peyronel: ¿por qué motivo fue que obtuvo su título de caballero?
(ahora sí le corresponderia responder).
Muchas gracias.

El placer es mío, Nemesio, y agregarlo a la lista de favoritos es simplemente una libertad que me tomo para llegar más fácilmente a donde usted publica para leerlo habitualmente.

septiembre 28, 2007 5:56 p. m.  
Blogger Pitoti2 said...

Heme aqui al fin. Luego de una larga ausencia (que me obligó a leer de un tirón los tres capítulos publicados de la odisea) paso a visitarlo. Como me tiene acostumbrado, la sinopsis que hace de esta historia es siempre agradable, sobre todo por los toques de color que agrega cada tanto.
Hay que reconocer que Odiseo no la pasó tan mal como sus compañeros y sus familiares, y por lo menos (salvo las lágrimas que derramara y de las que ya comentara) parece que el viaje se le hizo bastante llevadero y no se hasta que punto el tipo se hacía el otario e iba vistando cuanta isla le quedaba a mano para enfiestarse con magas, diosas, reinas, etc. ¿Será por eso que los compañeros le gritaban "heroe"?

septiembre 28, 2007 6:17 p. m.  
Blogger Ailin said...

Amigo Centauro: finalmente ha sucedido lo inevitable en mi refugio.
Le dejo un abrazo.

septiembre 28, 2007 7:59 p. m.  
Blogger Centauro said...

Le tengo que confesar, Pitoti2, que esa idea le ha cruzado por la cabeza a todos los que en algún momento leímos el libro, no deja de ser llamativo el hecho de que mientras Penélope resistía tenazmente en la fidelidad a su esposo (y bien que la arremetían para hacerla caer en la tentación) Odiseo no pareció tener la misma fuerza de carácter y muchas veces traicionó la lealtad que la intachable Penélope merecía.
Justo es decir que mientras a la reina la asediaban un montón de tipos desagradables que solo querían el tesoro de Ítaca y, de paso, enfiestarse con la reina, a Odiseo se le ofrecían hermosas señoritas que no admitían muchas negativas. Pero en fin... Odiseo tuvo sus momentos de "recreo".

¡No, Ailin, no me diga!
Pero... bueno, que sea lo que daba ser, pasaré a informarme por su blog.

septiembre 29, 2007 8:17 a. m.  

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