Perfiles Griegos. 13º entrega: Hades.

¡¡¡¡Ahhhh, esta no se la esperaban, ¿eh?!!!! No se vinieron venir que tenía preparada la sorpresa de meter a Hades en los perfiles griegos. ¡Los recontra sorprendí!
¿Qué, cómo que se lo imaginaban? ¿Qué quieren decir con que era muy obvio? Pero si lo vengo planeando desde... Era una sorpresa que...
Bueno... ¡NO ME IMPORTA!
Acá va el perfil, sea sorpresa o no.

Como ya hemos mencionado en otras oportunidades, Hades es hijo de Cronos y Rea y hermano de Zeus, Poseidón, etcétera. Hades participó en la liberación de sus hermanos los cíclopes y en agradecimiento éstos le regalaron un casco que tenía la virtud de hacerlo invisible (la palabra “Hades” significa: sin forma o invisible). En la mayoría de los relatos se dice que al usar este casco eran invisible solamente ante los inmortales, aunque otros relatos cuentan que nadie era capaz de verlo.
Luego de la guerra contra los titanes, cuando Cronos fue derrotado y desposeído del poder, los tres hermanos se dividieron las zonas de dominio (claramente dejaron afuera a las diosas por una simple cuestión de machismo. ¿O sería machidiosismo? No sé.), Zeus se adueñó del cielo, Poseidón se hizo cargo de los mares y a Hades le tocó el reino subterráneo donde vivían los muertos (aunque suene contradictorio).
Vale la aclaración al respecto, a Hades muchas veces se lo muestra como un dios malvado y cruel, pero eso no tiene nada de cierto, creo que por su papel de guardián de los muertos (y que sea un reino subterráneo) se lo ha identificado con el Diablo de la mitología cristiana y por eso se lo tilda con esas caracterizaciones, pero en realidad esto es absurdo. Muchas veces también se lo ha confundido con la Muerte, como si fuera él quien quitara la vida a los humanos, pero esto también es ridículo.
En la imagen lo vemos como realmente es.

El verdadero Hades, el que conocemos acá en el Olimpo, es un dios que lleva la justicia como su estandarte y siempre se comporta de acuerdo a este valioso ideal. Siempre anda con su barba negra y con cara seria, pero de malo no tiene nada. En su mano llevaba un cetro o, en otras oportunidades, una vara con la cual conducir las almas; también portaba una espada (nótese la similitud de este arma con la de la imagen de la justicia que se conoce en estos tiempos) y en el reino de las sombras tenía su morada a la que solo él tenía acceso, allí había un trono de ébano o azufre donde él se sentaba.
Ya hemos relatado en el perfil de Deméter cómo Hades raptó a Perséfone y la hizo su esposa (ya que se imaginaba que ninguna otra iba a aceptar vivir con él en un mundo subterráneo lleno de muertos), también contamos cómo su madre la buscó por todos lados y cual fue la solución aceptada por ambas partes por lo cual la bella Perséfone pasaba seis meses con su madre y seis con su esposo... así que no lo vamos a repetir. Lo que sí cabe mencionar es que la unión de estos dos dioses fue infecunda, ya que nunca tuvieron hijos.
Mi amigo Homero cuenta, en la Ilíada, que Hércules bajó a los infiernos y el mismísimo Hades, su tío, quiso impedirle la entrada, pero el hijo de Zeus lo hirió en el hombro de un flechazo y el herido tuvo que retirarse al Olimpo para que el dios encargado de solucionar estos... percances divinos, llamado Peán, le aplicara una cura milagrosa que cicatrizó la herida de inmediato.
Hades es un dios que raramente es mencionado por este nombre, ya que se cree que nombrarlo así excita su ira; es por eso que se lo nombra con apodos como, por ejemplo, Plutón, que es el nombre bajo el cual lo adoptaron los copiones romanos. Este nombre significa: “el rico” o “el que da riqueza a los mortales”, en recuerdo del permiso que dio a su esposa para estar con su madre, lo cual permitía que la tierra fuera fecunda y diera frutos.