7º Trabajo de Hércules. Capturar al toro de Creta.
Llegó a oidos de Euristeo que existía un tremendo toro que destruía todo a su paso y no dudó en enviar a Hércules a que lo capturara, tarea en la cual deseaba a toda costa que el héroe encontrara la muerte.
Había algunos que creían que ese toro era uno que había sido usado por el propio Zeus para raptar a Europa, desestimando así la historia que cuenta que el propio rey del Olimpo se había convertido en toro para llevarse a la doncella; pero no eran muchos los que así pensaban porque la gran mayoría aceptaba decididamente creer que había sido el mismo Zeus quien se metamorfoseó en aquel animal.
Otros creían que aquel toro salvaje era el producto de un engaño que Minos quiso hacerle a Poseidón. Cuenta la historia que Minos, rey de Creta, había ofrecido al dios de las aguas al primer toro que se acercara a las aguas y poco tiempo después vio a un hermoso toro acercarse a beber, pero Minos no quiso sacrificar a tan magnífico animal y por eso sacrificó a un toro viejo y enfermo; enterándose del engaño, Poseidón enloqueció al animal que empezó a destruir todo a su paso.
Como sea que haya sido, Hércules fue enviado a vencer a aquel terrible animal del que algunos decían que expulsaba fuego por su boca y hacia la isla de Creta se dirigió.
Aún cuando la ferocidad del toro hacía estragos en toda la isla, Hércules no tuvo mayores inconvenientes en domarlo y subirse a su lomo para conducirlo hasta donde Euristeo lo aguardaba.
En la imagen vemos al héroe en el momento de realizar la captura.
Había algunos que creían que ese toro era uno que había sido usado por el propio Zeus para raptar a Europa, desestimando así la historia que cuenta que el propio rey del Olimpo se había convertido en toro para llevarse a la doncella; pero no eran muchos los que así pensaban porque la gran mayoría aceptaba decididamente creer que había sido el mismo Zeus quien se metamorfoseó en aquel animal.
Otros creían que aquel toro salvaje era el producto de un engaño que Minos quiso hacerle a Poseidón. Cuenta la historia que Minos, rey de Creta, había ofrecido al dios de las aguas al primer toro que se acercara a las aguas y poco tiempo después vio a un hermoso toro acercarse a beber, pero Minos no quiso sacrificar a tan magnífico animal y por eso sacrificó a un toro viejo y enfermo; enterándose del engaño, Poseidón enloqueció al animal que empezó a destruir todo a su paso.
Como sea que haya sido, Hércules fue enviado a vencer a aquel terrible animal del que algunos decían que expulsaba fuego por su boca y hacia la isla de Creta se dirigió.
Aún cuando la ferocidad del toro hacía estragos en toda la isla, Hércules no tuvo mayores inconvenientes en domarlo y subirse a su lomo para conducirlo hasta donde Euristeo lo aguardaba.
En la imagen vemos al héroe en el momento de realizar la captura.

Al ver a tan fantástico animal, Euristeo quedó instantáneamente fascinado por él y decidió apropiárselo, pero cuando Hércules ya no estuvo allí para dominarlo, el toro recobró su tarea destructiva y nadie lo pudo detener.
Cuenta la historia que el toro tuvo que enfrentar a otro héroe, en esta oportunidad se trató de Teseo, y nuevamente fue vencido, solo que esta vez la captura sola no fue suficiente y Teseo terminó con la vida de aquel animal que tanto terror había sembrado.