jueves, abril 26, 2007

Cronos y Rea.

Sean todos bienvenidos a la segunda parte de este relato acerca del comienzo del Universo, según la versión griega.

Teníamos que Gea y Urano se habían convertido en la primera dinastía de gobernantes, teniendo por hijos a los titanes y las titánides, pero ocurre que además de ellos también habían tenido otros hijos; estos era los cíclopes y los hecatonquiros. Los cíclopes eran tres seres de aspecto no muy agradable que solo tenían un ojo en el centro de la frente, sus nombres eran Arges, Asterpes y Brontes y representaban el rayo, el relámpago y el trueno respectivamente; los hecatonquiros eran seres de 50 cabezas y 100 brazos (por lo que a veces se los llama centimanos) y se llamaban Coto, Briareo y Giges.
Parece que a Urano no le hizo gracia tener a semejantes criaturas dando vueltas por ahí diciendo ser hijos suyos, así que los fue arrojando en el Tártaro uno a uno sin decir nada a Gea, quien había puesto el gobierno del Universo en Urano, pero al enterarse de su crueldad planeó una rebelión.
Gea creó el hierro y con ese metal fabricó una guadaña con la que alentó a sus hijos a luchar contra su padre, solamente el menor de ellos, llamado Cronos, aceptó el desafío y luchó contra Urano a orillas del mar. Con la guadaña castró a su padre y lanzó sus despojos al mar de donde salió una ostra gigantesca dentro de la cual estaba Afrodita. De la sangre de Urano que cayó al suelo surgieron las Erinias (diosas de la venganza), los gigantes y las ninfas Melias.
Cronos y su hermana Rea se unieron (ejemplo que luego sería imitado por dos hijos de ambos. ¿A que no adivinan quiénes?) y pasaron a ser los nuevos gobernantes de todas las cosas, inaugurando así la segunda dinastía de inmortales.
En la imagen vemos a los dos cónyuges en el momento de su coronación, utilizando una indumentaria extraña para la tradición griega, pero quién le iba a decir nada si en ese momento eran los más capangas de todos los capangas.


Por supuesto que todavía está vigente la encuesta de cómo reaccionarían ustedes ante Pandora, si la rechazarían o la aceptarían con lo que ella trae consigo.

Además sigue también en pie el debate que comenzó en la publicación anterior acerca del comienzo del Universo.


viernes, abril 20, 2007

Creación del Universo.

Creo que es hora de comenzar por el principio, contar cómo fue creado el Universo con la única verdadera verdad que es la re posta posta y no como tantas otras versiones que tratan de hacer lo mismo pero son re mentirosas. Cuando me cuentan esas versiones re truchas yo les digo: “¡Hambre! ¡Así no fue!”

Para nosotros los griegos, tan racionales, el infinito era algo imposible de concebir, de esta manera no se podía plantear algo que hubiera existido desde siempre, por lo que todo lo que existía debía tener un principio.
Inicialmente existía el Caos, es decir el amontonamiento de todas las cosas en un espacio indeterminado donde los elementos (agua, tierra, fuego y aire) vagaban libremente a su capricho. Así, el Caos era el todo (porque reunía todo lo existente) y la nada (ya que no había cosa alguna formada) al mismo tiempo.
Del Caos surgió Gea, la Tierra, junto con Eros; por este último debe entenderse el amor como elemento primordial y no debe confundirse con el hijo de Afrodita que llevaría el mismo nombre (el Cupido de los romanos).
En la imagen vemos a Gea con el Universo en sus manos.
La acción de Eros dio origen a Erebos, que representaba las tinieblas y estaba ubicado debajo de Gea (es decir que era subterráneo), y también a Nix, representante de la oscuridad y la noche.
Erebos y Nix tuvieron por hijos a Eter (la luz celeste) y a Hemera (la luz terrestre o el día).

Gea engendró a Urano (el cielo) de sí misma.
En la imagen la vemos a ella invocando a su creación, la diferencia en el color del cabello de Gea es debido a que había estado tomando mucho sol y se decoloró.
Urano se colocó por sobre Gea y la cubrió toda para luego derramar una finísima lluvia que penetró todas las hendiduras de Gea, aún sus más secretas aberturas y así apareció la flora, la fauna, los ríos, los lagos y los mares del mundo.
Urano y Gea representan la primera dinastía de inmortales, tuvieron doce hijos, seis de cada sexo; ellos fueron llamados Titanes y sus nombres eran Crío, Ceo, Jápeto, Océano, Hiperión y Cronos el menor; ellas, llamadas Titánides, tienen por nombre Rea, Mnemosine, Tetis, Temis, Febe y Tea.
Por su parte, Nix engendró por sí misma a Tánatos e Hipnos (la muerte y el sueño respectivamente), las Hespérides, las Moiras (quienes regulaban el destino) y a Némesis, a quien ya conocemos bastante bien en este blog.
No olviden seguir votando por la encuesta de la publicación anterior.

lunes, abril 16, 2007

Pequeña encuesta.

A partir de lo ocurrido con la presentación de Pandora ante los hermanitos Prometeo y Epimeteo me ha surgido una pregunta y me gustaría saber qué respondería cada uno de ustedes.
¿Cómo reaccionarían si se les presentara la hermosísima Pandora con la resolución de entregarse a sus brazos como su legítima y leal esposa, sabiendo que ello conlleva la calamidad de desatar todas las maldiciones sobre la tierra? ¿Actuarían como Prometeo, quien muy cautelosamente rechazó a la señorita en cuestión para prevenir grandes males, o harían lo que Epimeteo, quien aceptó a Pandora con toda su belleza aún estando advertido hacerca de lo que podría pasar?
Por supuesto la misma pregunta se aplica a las damas que frecuentan este espacio, en cuyo caso deberíamos cambiar la idea de Pandora por la de algún muchacho excepcionalmente bello (cada una que fantasee con quien quiera).
Espero sus respuestas.

miércoles, abril 11, 2007

Castigo de Prometeo

Sean todos nuevamente bienvenidos, esta vez asistiremos al final de la historia de Prometeo.

Luego de todo lo antedicho tenemos que tener en cuenta que Zeus estaba como loco por lo hecho por Prometeo, pero más aún porque pudo librarse de la trampa de Pandora.
Zeus ordenó a Hefesto que encadenara a su rival a la cima del Cáucaso, Hefesto tuvo que cumplir la orden de su padre aunque con pesar ya que le caía bien Prometeo.
Muy lejos de solucionar algo, todo empeoró porque desde aquel elevado lugar, Prometeo comenzó a gritar improperios contra Zeus, denunciando su egoismo, su brutalidad y su orgullo. Su voz llegaba a todos lados.
Totalmente enfurecido, Zeus decidió tomar el asunto en sus manos y liberó a Prometeo solo para poder arrastrarlo al fondo del Tártaro, donde lo encadenó a una roca e hizo que todos los días apareciera un águila que le comiera el hígado, el cual se regeneraba por las noches. Se decía que Prometeo solo sería liberado si un inmortal tomaba su lugar en ese lugar, lo cual era imposible.
Es imposible precisar cuánto pasó Prometeo en aquel monstruoso castigo, lo que se sabe es que fueron muchos años, algunos hablan de siglos.
Con el tiempo Zeus fue perdiendo la furia y el odio hacia Prometeo, una de las causas de esto fueron sus contínuos amoríos con bellas mortales, representantes de la humanidad a la que su rival había defendido y ayudado.
Uno de estos amoríos tuvo como resultado el nacimiento de Hércules, quien ya de grande se cruzó con Prometeo encadenado y pudo observar el lamentable estado en que se encontraba; con un flechazo hirió el águila que lo atormentaba, pero no podía sacarlo de allí hasta ser reemplazado por un inmortal.
El mismo Hércules tuvo un episodio desafortunado, estaba cazando y disparó una flecha envenenada, pero falló el tiro y acertó… ¡A MI! ¡A su gran maestro Quirón! El veneno invadió mis venas y yo sentí como si todo mi interior estuviera siendo frito en ácido.
Mi reacción fue muy adulta y madura y comprendí y perdoné inmediatamente al muchacho. Bueno, no tanto, en realidad mi primera reacción fue ésta.





Pero luego me calmé y hablé a Zeus.
­­­–Che, Papote, todo muy lindo con esto de la inmortalidad, pero ¿qué te parece si me la sacás así muero tranquilito?
–No puedo, Quirón, para hacer eso tendría que sacar a alguien del Tártaro y hacer el cambiazo.
–¡Y bueno! Mirá –Zeus era el más poderoso, pero no siempre el más inteligente–, te ponés la camiseta de DT y pedís cambio: sale Prometeo del Tártaro y entro yo.
–Pero… ¿te parece?
–Oime, ¿vos te pensás que estos espasmos que tengo son porque estoy bailando una chacarera? No, pibe, es que siento como si mis venas estuvieran siendo recorridas por ríos de lava incandescente. ¡Claro que me parece! ¡Y apurate, de una vez!
Así fue como Prometeo fue liberado del Tártaro, aunque siempre llevó un anillo de hierro con una piedra del Tártaro, quizá para que recordara lo que podía pasarse si seguía molestando a Zeus.
Yo obtuve mi descanso tan ansiado, luego Hércules habló con su papucho para que yo fuera admitido en el Olimpo, aunque teniendo en cuenta los humores de Zeus, los celos de Hera, las traiciones entre inmortales, los despelotes, etcétera, muchas veces no sé si Hércules me había hecho un favor o si me embromó por segunda vez.
No, es lindo estar acá.

martes, abril 03, 2007

La caja de Pandora



Nos encontramos hoy para continuar con la historia que lo tiene a Prometeo como protagonista, en este segundo relato conoceremos a otros personajes que no fueron tan afortunados como él.
Zeus encargó a Hefesto que fabricara una mujer, el dios del fuego utilizó tierra y agua para crearla (varias mitologías cuentan que los humanos fueron creados a partir de barro, incluso el cristianismo), el resultado fue una hermosa mujer a la que llamaron Pandora, nombre que deriva de “pan” (todo) y “doros” (portar), ya que Pandora recibió como regalos de los dioses todos los atributos que éstos decidieron darle; así fue que recibió gracia, encanto, armonía, belleza, poder para sanar, talento musical, ingenio y otras cualidades entre las que figuraban la mentira y la falacia, entregadas por Hermes.
Zeus le entregó una caja con la orden de que no debía abrirla y envió a Pandora a Prometeo para que se entregara a él como su esposa.
Al verla, Prometeo se enamoró instantáneamente de ella, pero unos segundos después comenzó a sospechar que todo eso era muy extraño y, al recordar, lo ocurrido con Zeus, se imaginó que todo aquello era una trampa del rey de los dioses para castigarlo.
Se ve que muy lindo no debía ser Prometeo y que mucha confianza no se tenía en cuanto al tema señoritas, ya que cuando apareció una mujer hermosa entregándose a sus brazos reaccionó como diciendo: “¿A mí te vas a entregar? No, no puede ser, acá me están haciendo una jodita para una cámara oculta. Y si no, debe ser Zeus que me quiere hacer pisar el palito. Andá, nena, andá por donde viniste que tan gil no soy.”
Pandora volvió al Olimpo y Zeus estaba que explotaba de la bronca, estaba como loco, no se le podía ni hablar. Fueron tiempos difíciles para todos, especialmente para mí que no soy un dios.
La cosa es que Zeus le ordenó a Pandora que se presentara a Epimeteo, hermano de Prometeo y se entregara como su esposa. Fue conducida por Hermes y todos deseábamos que éste no reaccionara como su hermano, porque si así era Zeus iba a estar más insoportable aún (si es que esto es posible). Nosotros sabíamos que Prometeo había advertido a su hermano contra los regalos de Zeus y por eso estábamos nerviosos.
Finalmente, Epimeteo aceptó a Pandora y en el Olimpo respiramos todos aliviados.
Pandora convenció a Epimeteo (igual que Eva convenció a Adán de comer la manzana) de mirar dentro de la caja para ver qué era lo que contenía, ambos creían que debía haber un tesoro, pero al abrir la caja notaron con horror que de su interior salían todos los males y se dispersaban por el mundo. Dentro de la caja quedó brillando débilmente la esperanza, es por eso aquello de: “La esperanza es lo último que se pierde”.

Continuando con la similitud (ya despierta sospechas tanta igualdad) entre las creencias griegas y las cristianas, hay que decir que la hija de Epimeteo y Pandora fue llamada Pirra y junto con su esposo Deucalión, hijo de Prometeo, fueron los únicos dos sobrevivientes de un diluvio enviado por Zeus y fueron quienes repoblaron la Tierra.
Es, por lo menos, curioso que dos relatos tan separados en el tiempo sean iguales, con la única excepción del nombre del dios que produce todo; especialmente cuando el cristianismo se muestra como una creencia que no toma nada de las culturas anteriores, lo cual es algo completamente absurdo e imposible de creer.
En la imagen vemos a Pandora segundos después de abrir la caja, mirando arrepentida la esperanza que brilla dentro.