martes, junio 17, 2008

7º Trabajo de Hércules. Capturar al toro de Creta.

Llegó a oidos de Euristeo que existía un tremendo toro que destruía todo a su paso y no dudó en enviar a Hércules a que lo capturara, tarea en la cual deseaba a toda costa que el héroe encontrara la muerte.
Había algunos que creían que ese toro era uno que había sido usado por el propio Zeus para raptar a Europa, desestimando así la historia que cuenta que el propio rey del Olimpo se había convertido en toro para llevarse a la doncella; pero no eran muchos los que así pensaban porque la gran mayoría aceptaba decididamente creer que había sido el mismo Zeus quien se metamorfoseó en aquel animal.
Otros creían que aquel toro salvaje era el producto de un engaño que Minos quiso hacerle a Poseidón. Cuenta la historia que Minos, rey de Creta, había ofrecido al dios de las aguas al primer toro que se acercara a las aguas y poco tiempo después vio a un hermoso toro acercarse a beber, pero Minos no quiso sacrificar a tan magnífico animal y por eso sacrificó a un toro viejo y enfermo; enterándose del engaño, Poseidón enloqueció al animal que empezó a destruir todo a su paso.
Como sea que haya sido, Hércules fue enviado a vencer a aquel terrible animal del que algunos decían que expulsaba fuego por su boca y hacia la isla de Creta se dirigió.
Aún cuando la ferocidad del toro hacía estragos en toda la isla, Hércules no tuvo mayores inconvenientes en domarlo y subirse a su lomo para conducirlo hasta donde Euristeo lo aguardaba.
En la imagen vemos al héroe en el momento de realizar la captura.


Al ver a tan fantástico animal, Euristeo quedó instantáneamente fascinado por él y decidió apropiárselo, pero cuando Hércules ya no estuvo allí para dominarlo, el toro recobró su tarea destructiva y nadie lo pudo detener.

Cuenta la historia que el toro tuvo que enfrentar a otro héroe, en esta oportunidad se trató de Teseo, y nuevamente fue vencido, solo que esta vez la captura sola no fue suficiente y Teseo terminó con la vida de aquel animal que tanto terror había sembrado.

lunes, junio 09, 2008

¡Felices 2 añitos, Templo!

Pero miren si seré chambón, que con tanto que hay que ordenar y organizar en el Olimpo me había olvidado que el día domingo 1º de Junio del 2008 se cumplió el segundo año de existencia de este blog. Y no es para menos, ya que los inmortales son criaturas orgullosas y caprichosas que quieren todo aquí y ahora y como yo soy el único del templo que no es un dios tengo todas las de perder. Ahora digo yo, ¿cómo es posible que sigan discutiendo las mismas cosas por los siglos de los siglos? Y miren que hace muchos siglos que los vengo escuchando discutir las mismas cosas y no hay caso, no aprenden.
Pero más allá de eso ahora estamos de festejo.
Como siempre, los dioses no tienen mucha idea de qué es lo que se está festejando, cuando empieza la fiesta ellos comienzan a comer y tomar como si fuera la última vez y se olvidan de todas sus discusiones. Ahora mismo estoy viendo a Zeus completamente ebrio intentar sacar a bailar a Deméter bajo el durísimo control de Hera, a Ares y a Afrodita susurrarse cosas al oído mientras Hefesto se los quiere comer crudos, a Apolo y a Artemisa hacer bromas a costa de Poseidón y varias cosas más. Evidentemente no pueden evitarlo, sus respectivas naturalezas son más fuertes que sus voluntades.
Pero nada de eso importa, yo estoy conversando muy contento con mi queridísima Palas Atenea, quien me regaló una de sus lanzas por el cumpleaños del templo y con un regalo así todo lo demás no interesa.
Este segundo año se viene con todo porque tendremos una nueva competencia de perfiles, donde examinaremos las vidas de distintos héroes de la antigüedad griega para que ustedes puedan votar y así los hagan conocer nuevamente la gloria o los condenen al estrepitoso e indigno fracaso.
Además tendremos más premios Búhos (seguramente habrá nuevos), el relato de la Ilíada y todo aquello que el hado nos depare para nuestros futuros.
Antes de terminar quiero agradecer profundamente a todos lo que entran al blog, leen los relatos, dejan comentarios o participan de una u otra forma, ya que de no ser por ustedes y su presencia en este espacio no habria durado tanto; así que este festejo también es de ustedes. Y eso no es solamente un decir.

lunes, junio 02, 2008

6º Trabajo de Hércules. Limpiar los establos de Augías.

El nuevo trabajo encargado al hijo de Zeus fue de lo más desafiante, pero aparentemente libre de riesgo, ya que Hércules debía limpiar en un solo día los establos del rey Augías, soberano de la Hélide en el Peloponeso. Este rey era hijo de Helios y había recibido de parte de su padre una enorme cantidad de ganado que fue reunido en un recinto sin posibilidad de salir y sin recibir ningún tipo de limpieza, por lo que el estiércol se fue amontonando en cantidades momumentales y había generado todo tipo de gérmenes que habían invadido toda la península, desatando grandes pestes.
Hércules tuvo que enfrentar tan vergonzosa tarea y lo hizo sin preocuparse. Se presentó ante Augías sin mencionar que había sido enviado por Euristeo y el rey creyó tan absurdo su pretensión de realizar la tarea en un solo día que ofreció trescientos bueyes si lo conseguía. El héroe acepto y Fileo, hijo del rey, fue con Hércules para ser testigo de lo que ocurriera.
Hércules se dirigió al establo y se puso a trabajar de inmediato, con toda su fuerza hizo un gran boquete en una de las paredes del recinto. Cuando éste estuvo listo, no perdió tiempo y fue trazando un surco en el suelo desde el boquete recién creado en una dirección que Fileo no terminaba de comprender, pero su sorpresa no tuvo límites cuando comprendió lo que Hércules pretendía hacer. Ese surco estaba dirigido hacia la conjunción de los ríos Alfeo y Peneo, ubicados a una altura superior a la del establo, con lo cual se lograría que las aguas de estos dos ríos fueran desviadas y atravesaran el lugar para limpiar así toda la suciedad allí reunida con el paso de los años.
Cuando Hércules terminó el surco, solo tuvo que mover la última roca, tal como lo vemos en la imagen.


Las aguas de los dos ríos cayeron con toda su fuerza y removieron toda la espantosa inmundicia hasta dejar el establo perfectamente limpio.
Augías no pudo creer lo que había ocurrido y no tenía ninguna intención de pagar lo pactado, por eso cuando supo que Euristeo había encargado la tarea dijo sentirse indignado con Hércules y negó lo acordado. Ante la protesta del héroe, Augías decidió someter la situación a arbitraje, seguro de vencer, pero Fileo se puso de parte de Hércules. Ambos fueron expulsados del reino por órdenes del rey, pero el hijo de Zeus reunió un grupo de hombres que estaban en contra de Augías y atacaron, dando muerte al rey y colocando a Fileo en el trono. Hércules abandonó aquel lugar con los trescientos bueyes.
Pero esos no fueron sus últimos pesares en esta tarea, porque Euristeo no reconoció este trabajo como símbolo de la penitencia que Hércules debía pagar ya que el héroe había obtenido un pago a cambio.
Este fue el otro trabajo, junto con la Hidra de Lerna, que Euristeo no tuvo en cuenta para llegar a los diez, por lo que todavía restaban seis tareas.