sábado, septiembre 30, 2006

Perfiles Griegos. Quinta entrega: Apolo.


Buenas y santas, damas y caballeros, después de una prolongada ausencia por mi parte he volvido con todo para brindarles lo mejor de este blog, claro que eso no es demasiado y a veces resta en lugar de sumar, pero es todo lo que van a encontrar aquí, tampoco le pidan peras al olmo... ustedes ya saben en lo que se están metiendo ¡por lo que si siguen entrando a esta página los únicos responsables son ustedes!


En fin, luego de las aclaraciones pertinentes vamos al tema que nos ocupa.
A quien presentamos hoy es el gran dios Apolo, cuya historia es la siguiente.
El padre de Apolo fue Zeus, quien otra vez hizo recontra super cornuda a Hera y le llenó la panza de huesos a Leto por partida doble ya que le infló la cocina de humo con mellizos. Al enterarse de lo ocurrido, Hera, obviamente, le hizo la vida imposible a Leto y la condenó a no poder dar a luz en tierra firme ni en una isla, por lo que Leto vagó incansablemente hasta llegar a Ortigia, que si bien era una isla flotaba libremente sobre las aguas y quedaba así fuera de la maldición de Hera. Primero nació Artemisa y, con ayuda de ésta, Leto luego dio a luz a Apolo. Evidentemente, Artemisa fue bastante precoz para algunas cosas ya que asistió a su madre en el parto teniendo solo unos minutos de vida. En agradecimiento por lo sucedido, Apolo fijó la isla errante y la llamó Delos, que significa “la brillante”.
Al pequeño Apolo fue Tetis quien le dio la ambrosía y el néctar mientras que Hefesto le fabricó unas hermosas flechas.
Zeus le ordenó presentarse en Delfos, pero Apolo se dirigió a su país de origen para ejercitarse durante un año luego del cual se presentó ante su padre. Allí, Apolo aniquiló al monstruoso Pitón con las flechas hechas por Hefesto, hazaña que le valió el reconocimiento de Zeus como hijo suyo y su colocación entre los dioses olímpicos siéndole otorgado el imperio sobre la luz. Apolo se apoderó del oráculo de Temis y colocó sobre el altar la piel de Pitón.
A causa de este oráculo, Apolo y Hércules tuvieron una disputa ya que el segundo quiso romper todo cuando la pitonisa (por Pitón, claro) no le respondía. Zeus detuvo el combate enviando un rayo a modo de: “Chicos, pórtense bien y no peleen. Los medio hermanos sean unidos porque esa es la ley primera”.
En una oportunidad, Apolo tomó por amante a Corónide, pero ésta luego se casó con Isquis. Un cuervo blanco (todos los cuervos eran de este color) le comunicó lo que pasaba, pero Apolo se enojó y lo transformó en negro, pero luego descubrió la verdad y aniquiló a los esposos luego de lo cual retiró del vientre de Corónide a un niño en gestación a quien educó y llamó Esculapio.
Apolo instruyó a Esculapio en las artes de la medicina y el pequeñín aprendió tanto que llegó a resucitar a Hipólito, hijo de Teseo (del padre ya hablamos y de la muerte del hijo ya hablaremos). Ante esto, Hades se quejó a Zeus diciendo que Esculapio le había robado un sirviente, y que “¿a dónde vamos a parar?” “¡Esto es insostenible!” y varias cosas más por lo que Zeus asesinó a Esculapio con su rayo. Apolo al saber esto tomó sus flechas y exterminó a todos los cíclopes, quienes fabricaban los rayos de Zeus. El Papote expulsó a Apolo del Olimpo para que viviera como un simple mortal durante un tiempo. Aquí construyó las murallas de Troya junto con Poseidón (como relatamos en el perfil del dios del mar), cuidó el rebaño del rey de Tesalía que fue robado por Hermes “para hacerle una broma” ante lo cual Apolo tuvo que huir (recordemos que era uno más del montón y no un dios); también inculcó a los hombres las artes, de las cuales es patrono.
Apolo tuvo muchos romances con mujeres, pero no tuvo mucha suerte, la mencionada Corónide o Dafne, quien prefirió convertirse en laurel antes que ceder al dios; Cassandra, princesa de Troya, a quien Apolo había otorgado el don de la profecía pero como luego ella no quiso acceder a sus demandas él la condenó a predecir el futuro sin que nadie le creyera. Así Cassandra predijo la treta del caballo hueco, pero nadie le dio bolilla.
Tantos reveses con las mujeres hicieron que Apolo se ocupara de los muchachos, pero tampoco le fue muy bien; con Jacinto tuvo mala suerte porque el celoso Céfiro (que había estado noviando con el joven mozo) desvió un disco con el que jugaban e hizo que le golpeara la cabeza y muriera, de su sangre nació la flor con ese nombre. Con Cipariso la relación también terminó con la muerte del infortunado muchacho. Así fueron las cosas con los muchachos, por lo que Apolo volvió con las féminas.
Apolo es el dios de las artes, la ciencia médica y la luz, se lo considera como el más amable y agradable de todos los dioses, su carácter tranquilo y calmado hicieron que “carácter apolíneo” sea la forma de llamar a quien no se altera y permanece tranquilo. Se lo representa joven y sin barba, sus flechas son la materialización de los rayos de luz emanados por el sol, con quien a veces se lo confunde.
Es quien preside a las Musas, las nueve protectoras de las artes.
Su templo de Delfos, con oráculo incluido, fue el más famoso del mundo antiguo.

lunes, septiembre 18, 2006

Tercera entrega del Búho de Oro.

Damas y caballeros hoy nos hemos reunido en una ocasión especial, esta es la tercera vez que una persona obtiene el premio y por eso quien estará encargada de entregarlo es la mismísima Atenea.
Sí, ya sé que antes también había entregado el premio por tercera vez, pero esa vez se anuló y ahora lo entrego de nuevo. Sí, esta es la posta posta.
Este es el más merecido premio de todos ya que los anteriores, si bien muy merecidos, no tuvieron tanto peso como este; la distinción de hoy se debe a la sagacidad del Profe (¿quién otro?) que notó que los nombres de Hércules y Heracles no eran griego y romano respectivamente como yo lo había dicho, sino al revés, para lo cual hubo de utilizarse un gran caudal de conocimiento mitológico.
¡Eso era lo que yo quería cuando instauré este premio! Correcciones así, de tipo: “vos dijiste esto, pero la mitología cuenta esta otra cosa”. Así sí vale la pena entregar el premio.
Con sus mejores pilchas, yo me ubiqué con el premio en la mano junto al homenajeado, que miraba para todos lados esperando verla a ella. En un instante, las puertas se abrieron y la música comenzó, Atenea entró en la habitación ante la mirada embelesada de nosotros dos, que no podíamos sacarle los ojos de encima. Le ofrecí el premio y ella lo tomó con sus manos para luego entregárselo al Profe con un beso y unas palabras de felicitación. Creo que le vi derramar una lágrima por la emoción.
¡Felicitaciones Profe!
Por lo tanto el cuadro queda así:
Profe: 3 Búhos de Oro.
Kace: 1 Rasguñador de Oro.

Por otro lado, el otro día estuve hablando con Atenea, ella me vio muy nervioso por todo esto de Némesis y la Gemela Malvada, sobre todo ahora que Apolo me anda apurando para que publique su perfil y no quiere saber nada de postergarlo por el de Némesis. Atenea me dijo que yo no podía estar seguro de que fuera la verdadera Némesis la que armó lío solo por algo que habían escrito en el blog, quise explicarle que yo la había visto y había negociado durante ocho horas con ella, pero noté su gesto de: “que gil que sos” y me callé en medio de la frase. Atenea me aclaró que eso no lo sabía nadie y antes de que yo respondiera me dijo que Zeus estaba en medio de una bruta partuza con Hera rodeados por ríos de néctar, así que si recordaba algo de lo que vio esa noche ella se entregaría a la lujuria del primer caballo que viera… además ella, misteriosamente, no recordaba nada.
Ahí comprendí todo, así que Némesis, si realmente querés participar del podio vas a tener que acreditar tu identidad, quiero información que afirme que sos quien decís ser en el corto plazo, porque no vale eso de andar recogiendo información por ahí, mientras más tiempo pase sin tener esa información más sospechoso es tu actuar. Y quiero que sepas, quienquiera que sos, que ya me leí todo wikipedia y lugares similares para que no copies lo que ahí dice.
Al termino de esta publicación, todavía no tuve ninguna noticia de la supuesta Némesis, lo cual resulta muy sospechoso. Mmmmmmmmmm...

miércoles, septiembre 13, 2006

¡Mega ultra recontra archi despelote en el Olimpo!

Lo de anoche no tiene nombre.
Aquellos que leyeron los comentarios de la publicación anterior seguramente pensaron que Ailin y Némesis no se iban a quedar ahí, pero seguro que no se imaginaron lo que iba a pasar.
Yo llegaba al Templo muy tranquilo, luego de un muy agradable día, me dispuse a cenar y vi frente a mis ojos una hermosa tarta de jamón y queso excelentemente regada con coca-cola (mi comida preferida). Siendo así las cosas me devoré la primer porción, me comí una segunda, luego me deleité con la tercera, tuve que hacer un pequeño esfuerzo para terminar la cuarta y de bestia angurrienta que soy me terminé una quinta.
Al mirar la botella vi que había tomado más de un litro de gaseosa. ¡Fue la gloria!
Luego de la opípara cena me trasladé a una sala donde Hefesto, Apolo y Poseidón estaban charlando acompañados por unas copitas de néctar, me sumé a ellos y todos quedamos embelesados por la explicación de Hefesto acerca de los detalles utilizados para la fabricación de armas, luego Apolo nos maravilló con su conocimiento de las artes, las cuales él preside a través de las Musas; Poseidón nos sorprendió a todos cuando, hablando de trivialidades, hizo cierto comentario de una tal Paris Hilton Petera. Lástima que yo no conozco a esa chica con nombre de capital europea y tampoco escuché nunca ese doble apellido, posiblemente el néctar ya le estaba pegando al viejo.
Después de un rato me excusé y me retiré a mis aposentos para entregarme al dulce descanso. ¡Ja! ¡Iluso de mí!
Cerré los ojos y agradecí por tanta dicha, pero la alegría duró poco. Gritos y golpes se escucharon y fui a ver qué ocurría. Al abrir las puertas de par en par vi a tres personas, eran Ailin, Némesis y la Gemela Malvada que, al grito de “Justicia, justicia”, golpeaban con un palo un tacho a modo de tambor. El escándalo era enorme.
—¿Qué significa todo esto? —pregunté yo.
—¡Poneme en el podio! ¿Qué, mi voto no vale? ¡Caos y destrucción! —gritaron todas juntas.
En ese momento se acercó una cuarta persona, pero para mi satisfacción se trataba de Atenea.
—Suerte que vino, mi señora, ocurre que…
—Podio, voto, Ailin, la Gemela… Mirá, Quirón, evidentemente esto es por algo de tu blog y si por algo que vos hacés yo no puedo dormir… vamos a tener problemas.
Su mirada era terrible y supe que tenía que resolver todo inmediatamente.
—¡Por supuesto, yo…!
—¿Qué es lo que significa todo esto? —tronó Zeus.
Ante tal voz todos quedamos petrificados, Zeus se acercó vestido de policía, visiblemente beodo, con la gorra medio caida, el torso al descubierto y muchas manchas de rouge.
—Listo, ya está —me dije—, de la patada que me va a meter Zeus voy a salir disparado cual cometa furioso con tanta fuerza que voy a aterrizar de cabeza directamente en la Antártida a tal velocidad que el impacto va a producir el derretimiento de el 80% de los hielos polares causando la muerte y destrucción de millones de personas… pero es Zeus, ¿quién puede detenerlo?
—No te preocupes, pa —dijo Atenea dulcemente dándole un beso, lo cual lo calmó al instante—. Yo ya hablé con Quirón y el va a solucionar todo ahora.
La mirada que me lanzó la diosa era clara, me había salvado, pero no lo haría de nuevo.
—Bueno, nena, si vos lo arreglaste… me quedo tranquilo.
Ambos inmortales se retiraron y yo supe que estaba muy complicado, un solo grito o golpe más y me convertiría en el primer misil Olimpo-Antártida de la historia.
—Está bien… ¡negociemos!
Les propuse que, para evitar mayores problemas, Némesis y yo negociáramos en representación también de Ailin y la Gemela. Ailin y Némesis estaban de acuerdo, lo leí en su rostro, pero la Gemela dijo unas pocas palabras en el oído de cada una y ellas cambiaron de opinión. ¡Todas juntas o seguía el candombe!
Las hice entrar en mi dormitorio y cerré la puerta, la cual tapié con mi colchón para reducir cualquier despelote que pudiera ocurrir.
Fueron ocho horas de una desgastante negociación, sé que si no hubiera estado la Gemela habríamos resuelto todo en pocos minutos, pero cada vez que estábamos por llegar a algo le susurraba unas palabras a una o a la otra y perdíamos todo lo que habíamos logrado hasta ese punto. Tan bien hizo las cosas que en ningún momento pude oír su voz de tan bajito que hablaba.
El resultado fue el siguiente: ellas me concedieron unos días de plazo para charlar con los dioses para arreglar cómo iba a hacer para posponer su aparición en Perfiles Griegos y como seguiría lo del podio, ya que también dependía de lo que ellos dijeran. Es decir, pude comprar un poco de tiempo, pero si no pienso algo para solucionar esto van a volver las tres y yo voy a terminar cabeceando un bloque de hielo polar del tamaño de la Atlántida.
Ahora Hefesto está terminando una puerta que le pedí inviolable e infranqueable para tapar la tapa del túnel Olimpo-Refugio Subterráneo, de la cual solo yo tendré la llave… bueno y Zeus (¿Por qué se tendrá que meter en todo?), para evitar nuevas filtraciones y después veré qué hago.
Habrá novedades.

lunes, septiembre 11, 2006

Eco y Narciso.

En el día de hoy ha sido la diosa Afrodita quien me ha solicitado relatar una historia. Sucede que leyó que había sido pedida por Lulet (quien me cae muy bien blogísticamente hablando ya que no la conozco personalmente y cuyo blog me resulta muy divertido) la historia de Eco y Narciso y decidió que, como se trata de una historia de amor, le correspondería a ella relatarla teniendo como precedente la contada antes por Zeus.
Sin más preámbulo, con ustedes, Afrodita y la historia de Eco y Narciso.

Ay, gracias, son un público muy amable, hoy nos reúne una triste historia donde el amor es vehículo de enormes dolores para una hermosa joven y de la misma muerte para un mancebo, ya que Eco terminó solitaria y con el corazón roto en una cueva aislada mientras que Narciso se ahogó.
Pero vayamos al comienzo de la historia.
Eco era una muy bella ninfa que entretenía a Hera contándole historias mientras, ocultamente, mantenía un secreto romance con Zeus. Es decir que los entretenía a los dos. Pero no tuvo mucha suerte porque la celosa esposa los encontró… en ese momento en el que ninguna excusa sirve.
Hera castigó a su compañera con la maldición de no poder hablar más sino solamente repetir las últimas palabras que le fueran dichas. Ante esta maldición, Eco se retiró al campo para vivir sola, pero allí descubrió a Narciso, un hermoso pastor de quien se enamoró inmediatamente. Cuando Narciso había nacido, sus padres consultaron al adivino Tiresias y éste les dijo que Narciso viviría hasta viejo si no se contemplaba a sí mismo. Tan hermoso era que muchos se habían enamorado de él, tanto mujeres como hombres, pero él siempre los rechazaba.
En una ocasión que él estaba solo, ella decidió aparecérsele; con esto en mente hizo un ruido y Narciso preguntó: “¿Hay alguien aquí? y Eco respondió: “Aquí, aquí”.
Narciso quedó embelesado por esa voz tan hermosa que parecía esconderse de él, por lo que preguntó: “¿Por qué me huyes? A lo que Eco respondió: “Me huyes, me huyes”. Narciso creyó que ella le decía a él que estaba huyendo, entonces dijo: “Juntémonos” y Eco respodió: “Juntémonos, juntémonos”. Ella apareció ante él y de cerca lo vio aún más hermoso, si es que eso era posible, pero Narciso se vio completamente defraudado al ver a la joven.
“No puedes pensar que yo te amo” dijo Narciso y Eco respondió: “Yo te amo”. Narciso rió insultantemente alegando que prefería la muerte antes de que ella gozara con él y luego desapareció del lugar.
Eco se apartó para siempre del resto de las personas, se encerró en el fondo de una cueva oscura y está condenada a repetir las últimas palabras de quienes envían su voz al interior de la misma.
Narciso se tumbó a beber agua fresca y fue castigado por Némesis, la diosa de la venganza. Él vio su propio rostro reflejado en el agua y se enamoró al instante de aquella belleza, pero cuando intentó acercarse para besar ese rostro cayó al agua y ya no pudo salir de allí.
Al caer al agua, Narciso comprendió que era su reflejo lo que había visto, pero ya era demasiado tarde y allí se ahogó, dando su nombre a las flores que crecían en esa orilla.

viernes, septiembre 08, 2006

Fotos que debía y regla Nº 1: Norma del merecimiento.



Estas son las fotos que debía de la publicación de los perfiles griegos de Atenea y Poseidón. Me hubiera gustado que estuvieran junto con lo escrito de cada dios, pero aplico la misma frase que se usa para explicar la masturbación: “No es lo ideal, pero te saca del apuro.
Por otro lado, cuando vi que me Pitoti2 me marcaba que había escrito “Crónica” en lugar de Crónida dije “ahí va otro Búho de Oro”. Pero después pensé si era correcto hacer eso; es decir, el búho es el símbolo de la sabiduría y realmente no es una graaaaaaaaan muestra de sabiduría el notar un error ortográfico o de tipeo, por lo que hay que estipular las reglas.
La primera de ellas es que dicho premio será entregado a quien manifieste cierto conocimiento del tema expuesto, tal como que las cosas fueron distintas a como yo lo escribí, alguna omisión importante, etcétera, algo que tenga que ver con el contenido de lo expuesto. Los errores de ortografía o de tipeo (o cualquiera similar) serán resaltados en los comentarios o en publicaciones como esta, pero no merecerán el Búho de Oro.
¡Si quieren el premio LA-BU-REN! De esta manera el premio no será entregado a Pitoti2 y, con respecto al Profe, conserva el obtenido por marcar que faltaba hacer mención a la manzana en la publicación de París y también el merecido por hacer notar que Electra era la versión femenina y no masculina del complejo de Edipo, pero se le retira el que, erróneamente, obtuvo por notar que había escrito “hijo” en lugar de “hilo”, por lo que la cuenta queda:
El Profe: 2 premios “Búho de Oro”.
Kace: 1 “Rasguñador de Oro”.

miércoles, septiembre 06, 2006

Podio de los dioses.

Nuevamente nos encontramos aquí para celebrar la votación de una nueva deidad del Olimpo, esta vez se trata de Palas Atenea.
Yo estaba vestido con mis mejores ropas, debido a que era mi maestra la protagonista de esta fiesta, y yo estaba seguro que sería una noche magnífica.
Lentamente fueron entrando los tres dioses que ya habían sido evaluados y, por primera vez, el que ocupaba el tercer lugar podía quedar fuera del podio si Atenea lograba un mejor puntaje que él; de esta manera, Zeus podía quedar fuera de los tres primeros lugares y podía pasar Hera a ocupar el lugar amenazado por las próximas votaciones.
Por supuesto que nada de esto escapaba a los dioses, pero cada uno de ellos se lo tomó de una manera particular. Por su parte, Poseidón, quien ocupaba el primer lugar hasta el momento, mostraba una gran tranquilidad, sabía que nada de lo que ocurriera esa noche lo quitaría del podio y tampoco le concedía mucha importancia, el hecho de saber que estaba por encima de los dos reyes del Olimpo ya le parecía lo suficientemente satisfactorio. Hera, muy por el contrario, estaba absolutamente indignada por la situación, si Atenea obtenía un mejor promedio que el suyo significaba que estaría como loca sabiendo que la próxima en abandonar el podio podía ser ella y eso la había sacado de quicio, más aún sabiendo que faltaba evaluar a nueve dioses. Zeus estaba emocionado, era su pequeñita la que debía rendir examen y su orgullo paternal lo llevaba casi al borde de las lágrimas; no le importaría quedar fuera del podio por su querida Atenea.
El jurado se fue formando, El Profe, Don Kace, Pitoti2 e, incluso, la Gemela Malvada estaban ahí, pero a todos sorprendió la ausencia de Ailin.
Luego de que todo esto estuvo listo, se abrieron las puertas y entró la homenajeada, magnífica y radiante como pocas Atenea entró en el recinto y todas las miradas se posaron inmediatamente en ella, salvo la de Hera.
Zeus y yo casi competíamos por ver quien aplaudía más fuerte, a lo que luego le sumamos las exclamaciones de “Hurra” y “Viva”.
Atenea ocupó su lugar y todo comenzó.
Yo leí unas palabras donde se describían algunas acciones realizadas por la diosa, ciertos hechos de su vida y alguna que otra ocurrencia que ella hubiera realizado y posteriormente se procedió a la votación.
Primero, fue Don Kace que asignó un rutilante 10 a la ojizarca diosa. El recinto aplaudió tal decisión, mientras Zeus sonreía con enorme orgullo y Hera protestaba hablando de corrupción.
Luego vino el voto del Profe, quien también le regaló un 10. Yo asentía con la cabeza, aprobando ambas decisiones y Zeus me miró, no necesitábamos hablar para saber lo que el otro pensaba y sentía.
Pitoti2 fue el tercero y su voto fue un 9. Yo sentí cierto malestar por la injusticia, ese punto faltante fue algo desagradable, pero estaba bien igual.
La última en votar fue la Gemela y cuando estampó un insultante 6 en mi rostro creí que no podría contenerme. Zeus mostró la furia reflejada en sus rasgos y Hera aplaudió, creyendo que la puntuación de Atenea debería bajar aún más inclusive.
Conteniendo los deseos asesinos, sumé los puntos y, en medio de esta tarea, fui interrumpido por Ailin, quien llegaba corriendo, jadeando, tratando de recuperar el aire.
Ailin se reunió con los demás jueces y votó… ¡un 6! ¿A último momento y tira un 6 así como así?
Fue un dolor muy grande para Zeus y para mí, pero todo estaba dicho ya.
La suma de puntos fue de 41 y el promedio era de 8,20, por lo que Atenea pasaba a ocupar el primer lugar del podio, relegando a Poseidón, dejando a Hera al borde del precipicio y poniendo cuarto a Zeus, que no dejaba de aplaudir a rabiar mientras algunas lágrimas de emoción surcaban sus mejillas.
Hera comenzó a gritar “Fraude electoral, fraude electoral”, pero la mirada feroz de su esposo hizo que todo el recinto quedara en silencio.

viernes, septiembre 01, 2006

Perfiles griegos. Cuarta entrega: Atenea.

Buenos días tengan todos ustedes, hoy el Templo de los Dioses se pone de gala para presentar a una de las figuras más importantes de todo su plantel. Se trata de quien ha sido mi maestra durante mucho tiempo, una diosa en todo el amplio sentido de la palabra.
Con ustedes, la ojizarca Parthenos Palas Atenea.

Incluso desde antes de nacer, Atenea trajo preocupación al mismísimo Zeus por los designios que habría de traer consigo. Por ese entonces, Zeus andaba noviando con Metis y se profetizó que si Metis daba a luz un hijo varón sería aún más poderoso que el mismo Papote y lo destronaría; por lo cual, para evitar esto el Crónica mató a su amante y se la deglutió de un solo bocado.
Lo que Zeus no sabía es que Metis ya estaba embarazada y el embrión no pudo ser eliminado ni dentro del rey de los dioses.
Tiempo después, Zeus comenzó a sentir un tremendo dolor de cabeza y suplicó a Hefesto que le abriera el coco de un hachazo. Hefesto obedeció (quizá se entusiasmó un poco con la posibilidad de vengarse de su papucho después de las cosas que él le había hecho) y del tajo que le produjo a Zeus salió una mujer joven, de aproximadamente veinte años, completamente armada con casco, lanza y escudo.
Imagínense que de repente se les aparece una mujer joven, muy bonita, rubia, de ojos celestes que le valieron el apodo de ojizarca, armada con casco, escudo y lanza. ¡Un espectáculo!
Atenea reúne en sí misma dos cuestiones que muchas veces son consideradas como mutuamente excluyentes ya que es la diosa de la guerra y de la sabiduría. En realidad a lo que esto se refiere es que Atenea simboliza la guerra guiada por la sabiduría (a diferencia de Ares, quien es la representación de la fuerza bruta e irreflexiva). De esta manera, Atenea sintetiza a la más feroz de todos los guerreros con la representación más pura de la inteligencia en todo sentido. Genio y figura, que le dicen.
Obviamente, teniendo en cuenta la filosofía de vida de los antiguos griegos, Atenea siempre venció a Ares en todos los combates que sostuvieron, con lo cual se intentaba demostrar la supremacía de la sabiduría por sobre la fuerza.
Es así como en la Ilíada, luego de que Zeus dictamina que ningún inmortal se mezclaría con la guerra de los humanos, Atenea baja al campo de batalla (rebelde como ninguna) y comienza a hacer estragos en contra de los demás inmortales que estaban en el bando opuesto (los cuales habían bajado repitiendo: “Si ella baja ¿por qué no voy a bajar yo?). Tanto es así que dioses de la talla de Hera, la reina de los dioses o Ares, una bestia salvaje, le ruegan a Zeus que le ponga fin a la desobediencia de Atenea a sus órdenes, quejándose de la predilección que el rey inmortal tiene por su hija. No está de más recordar que Ares debe retirarse del campo de batalla ensangrentado luego de batallar con Atenea, lo cual nos da una idea de lo que ella es capaz de lograr con su lanza.
Es también en la Ilíada donde los propios inmortales le dan a Atenea los motes de “salvaje”, “indómita”, “rapaz”, “feroz”, “incontrolable”, etcétera, debido a su comportamiento dentro de la batalla.
La actitud de Zeus hacia ella es comprensible ya que siempre la consideró como su hija predilecta.
Es Atenea la que ilumina a Ulises cuando este tiene la idea del caballo de madera que decide la guerra, por lo que si alguien dice que los griegos vencieron gracias a ella no estaría muy errado.
En la Odisea se cuenta que Atenea ayudó a Ulises en su vuelta a Ítaca, ya que al haber ofendido a Poseidón estaba destinado a sufrir las peores miserias en su regreso.
Obviamente, Ulises llegó intacto a su tierra. Sí, todos sus amigos murieron y llegó en barco prestado, pero a él no le había pasado absolutamente nada.
Este libro cuenta que ella se presentó transformada y Ulises, llamado “rico en ingenios” no la reconoció, por lo que intentó usar su astucia con ella, pero Atenea le paró el carro y mostrando su verdadera imagen le dijo: “Conmigo no, chiquitín, que si sos famoso entre los hombres por sobresalir gracias a tu inteligencia y ardides yo también lo soy… pero entre los dioses olímpicos.
Atenea disputó Atenas con Poseidón, él hizo brotar del suelo una fuente de agua salada (por lo que no era muy útil), en cambio Atenea les entregó un olivo, cuyo fruto revolucionó el comercio, además de darle buena madera y alimento.
Ayudó a Perseo a vencer a Medusa, a Heracles en varios de sus famosos trabajos y dejó ciego a Tiresias por sorprenderla mientras se bañaba desnuda, a cambio de lo cual le dio el don de la profecía.
Palas fue uno de los nombres con que se conoció a esta diosa, Palas era una figura que, a veces siendo hombre y otras siendo mujer, siempre estaba junto a la diosa. También se la llamó Parthnos (virgen) debido a que decidió permanecer pura aún cuando era deseada por varios dioses. El Partenón, en Grecia, fue construido en honor de Atenea y es de ella que toma su nombre.
Atenea está acompañada por un búho, el cual representa a la inteligencia y, al igual que Zeus, usa la piel de la cabra Amaltea, llamada la Égida, como escudo. Nike, la diosa de la victoria, frecuentemente acompaña a Atenea; la simbología de esto es demasiado clara.