11º Trabajo de Hércules: Las manzanas de las Hespérides.
Cuenta la historia que el día que Zeus y Hera se casaron recibieron muchos regalos, uno de los cuales era un hermoso árbol que producía manzanas de oro, el cual les había sido obsequiado ni más ni menos que por Gea, la Tierra. Este árbol estaba cerca del monte Atlas y las atlántides acostumbraban a robar de él, por lo cual Hera colocó como custodia a un enorme y horrible dragón y puso a tres ninfas conocidas como Hespérides a vigilar el lugar, a las cuales podemos ver en la imagen.

Hércules tuvo la misión de robar unas manzanas de oro que allí estaban y puso en marcha su tarea. Desconociendo la ubicación del árbol, Hércules fue a Tesalía, donde mató al gigante Termero. No estoy seguro si fue porque hubo algún inconveniente o porque nuestro amigo, no sabiendo qué hacer, decidió matar al primero que pasaba. De aburrido, nomás.
Luego luchó contra Cigno, hijo de Ares, a quien también dio muerte, pero luego tuvo que verse frente a frente con Ares, quien no estaba de muy buen humor luego de la muerte de su hijo. Ambos lucharon largamente, hasta que Papote Zeus, padre de ambos, los separó.
Siguiendo su camino llegó hasta Nereo, quien trató de escaparse, pero no pudo huir y debió revelarle al semi dios el lugar donde estaba el famoso árbol.
Se cuenta que fue en este viaje que Hércules liberó a Prometeo del Hades y éste le aconsejó no tomar las manzanas por sí mismo, sino que otro lo hiciera por él.
Así Hércules llegó hasta el titán Atlas, quien cargaba con el Universo en sus espaldas, y lo convenció de que fuera él quien tomara las manzanas. Atlas esperó que el dragón durmiera y robó el preciado tesoro, pero al volver decidió no retomar su lugar de sostén y dejarlo a Hércules.
Nuesto héroe fue muy astuto y aceptó, pero pidió ayuda para colocar un almohadón para poder apoyar el Universo, como vemos en la imagen.
Luego luchó contra Cigno, hijo de Ares, a quien también dio muerte, pero luego tuvo que verse frente a frente con Ares, quien no estaba de muy buen humor luego de la muerte de su hijo. Ambos lucharon largamente, hasta que Papote Zeus, padre de ambos, los separó.
Siguiendo su camino llegó hasta Nereo, quien trató de escaparse, pero no pudo huir y debió revelarle al semi dios el lugar donde estaba el famoso árbol.
Se cuenta que fue en este viaje que Hércules liberó a Prometeo del Hades y éste le aconsejó no tomar las manzanas por sí mismo, sino que otro lo hiciera por él.
Así Hércules llegó hasta el titán Atlas, quien cargaba con el Universo en sus espaldas, y lo convenció de que fuera él quien tomara las manzanas. Atlas esperó que el dragón durmiera y robó el preciado tesoro, pero al volver decidió no retomar su lugar de sostén y dejarlo a Hércules.
Nuesto héroe fue muy astuto y aceptó, pero pidió ayuda para colocar un almohadón para poder apoyar el Universo, como vemos en la imagen.

Atlas, confiado, lo ayudó y cuando comprendió la trampa ya tenía otra vez el globo sobre sus hombros y ya nada podía hacer para quitárselo.
Hércules entregó a Euristeo las manzanas y éste las consagró a Atenea, quien con su grandeza de siempre las volvió a dejar en el Jardín de las Hespérides.
Hércules entregó a Euristeo las manzanas y éste las consagró a Atenea, quien con su grandeza de siempre las volvió a dejar en el Jardín de las Hespérides.
No se pierdan la futura aparición del nuevo concurso que apasiona a todos: "Perfiles Griegos 2, héroes, dioses clase B y otras yerbas".