Desesperado Euristeo por haber fracasado en su intento de deshacerse de Hércules, le encomendó la última tarea, una que era imposible que un ser vivo llevara a cabo: la captura del perro del Hades, llamado Cerbero. Este monstruo tenía tres cabezas y cola de dragón, además de llevar enroscadas en el torso y la cabeza numerosas serpientes venenosas.
Hércules se hizo iniciar en los misterios eleusinos para descubrir la mejor forma de llegar hasta el Hades sin daño a su persona.
El héroe consiguió la ayuda de Hermes, el conductor de almas, quien lo acompañó y guió hasta donde comenzaban los dominios de Hades, el dios de la tierra de los muertos.
Al ver al hombre todavía con vida, todas las almas huyeron aterradas, solo permanecieron allí la gorgona Medusa y Meleagro. Hércules tomó su espada para acometer a Medusa, pero Hermes lo detuvo y le explicó que allí nadie tenía una existencia material, eran solo sombras que no serían dañadas por ninguna espada. Meleagro se acercó a los dos visitantes y relató la forma en la que había perecido, lo hizo de forma tan conmovedora que Hércules no pudo evitar las lágrimas y juró que se casaría con su hermana, Deyanira.
Luego Hércules divisó a Teseo y Piritoo, grandes amigos suyos que habían sido atrapados por Hades cuando trataban de rescatar a Perséfone. El héroe pudo rescatar a Teseo, pero no consiguió hacer lo mismo por Piritoo.
Finalmente, Hércules llegó hasta Hades y éste le indicó que no podría usar más que sus manos y una piel de león para la tarea.
Cerbero y Hércules sostuvieron una lucha terrible, como vemos en la imagen

Pero la batalla se comenzó a decidir cuando el hijo de Zeus pudo sujetar con sus poderosos brazos las tres cabezas del animal e, ignorando las tremendas picaduras que sufría por parte de la cola de la bestia, subió a la superficie.
Al ver al animal ser traído, Euristeo volvió a esconderse dentro de una vasija, como era habitual cada vez que Hércules le traía una de sus capturas. Al no saber qué hacer con esa bestia, Euristeo ordenó a Hércules que lo devolviera a Hades, cosa que hizo inmediatamente.
Terminan así los doce trabajos de Hércules, quien luego de proezas consideradas imposibles superó todos los desafíos y recobró al fin su libertad, cubierto de gloria por los siglos de los siglos, como el máximo héroe de la antiguedad.