La historia de Prometeo
Sean todos nuevamente bienvenidos a este humilde blog que se encuentra vestido de fiesta por haber superado las 10.000 visitas en menos de un año.
En esta ocasión comenzaremos con un relato en tres partes en el cual yo tuve mucho que ver con su resolución, no por desearlo, sino porque ese pelandrún no tuvo mejor lugar para disparar esa flecha y la rep… No, él fue alumno mío y siempre será uno de los más grandes. En fin, no debo desviarme del tema.
El primero de estos relatos se trata de Prometeo, quien era hijo del titán Jápeto y de Climene, por lo que era primo de Zeus ya que el Papote también era hijo de un titán, Cronos, hermano de Jápeto.
Durante la lucha entre dioses y titanes, Prometeo se mantuvo neutral y se cuenta que luego ayudó a los dioses, hecho que le valió ser incluido en el consejo olímpico una vez terminada la lucha.
Prometeo estaba bastante indignado contra los dioses ya que estos exigían que en los sacrificios que se les realizaban todo el animal fuera consumido por el fuego sin permitir extraer la carne para poder comerla. Esto era llamado “holocausto”, palabra que es considerada como una designación de la destrucción total. Ante esto, Prometeo mató un toro y separó la carne, luego rellenó el esqueleto y lo cubrió con la piel del animal con tanta maestría que parecía estar vivo. Llamó a Zeus y le hizo elegir entre ese toro y uno realmente vivo y Papote eligió al que Prometeo había construido. Ante esto, su primito le descubrió el engaño y le dijo que ya que para el rey de los dioses un toro sin carne era preferible a uno con carne, entonces no había necesidad de desperdiciar la carne en sacrificios. A partir de acá sucedieron dos cosas, la primera fue que la gente pudo comer la carne del animal que sacrificaban y la segunda fue que Zeus empezó a mirar con malos ojos a Prometeo por haberlo engañado.
Pero lo pero estaba por venir. Una de las versiones dice que Prometeo dio grandes dones a las criaturas vivientes, pero cuando le llegó el turno al hombre se había quedado sin ninguna y por eso decidió darles el fuego que pertenecía solamente a los dioses. La otra versión dice que Prometeo era el “civilizador” de la humanidad y como tal les enseñó muchas cosas tales como la astronomía, los fenómenos atmosféricos, la agricultura, domesticación de animales y el fuego.
La cosa es que Prometeo prendió una antorcha en la rueda del carro de Helios (el Sol) y la llevó a los humanos. Pequeña aclaración: los humanos conocían el fuego por los incendios que se producían, lo que no sabían era como producirlo ni mantenerlo, así como también desconocían su utilización.
Prometeo robó el fuego a los dioses y lo enseño a los mortales, así ellos pudieron cocinar sus alimentos, calentarse cuando había frío, forjar los metales, etcétera. De esta manera Prometeo hizo avanzar a la humanidad a pasos agigantados revelándoles los secretos que solo los dioses conocían.
Se cuenta que por esto, los hombres elevaron a Prometeo a una categoría igual o superior incluso a la del propio Zeus y esto aumentó la cólera del rey de los dioses contra Prometeo, aunque aún si esto no fuera cierto lo que no puede dudarse es que su primito lo había engañado antes y robado luego y esto es más que suficiente para hacerse acreedor de la venganza de los dioses.
Pero para eso habrá que esperar una nueva publicación.
En la imagen lo vemos con la antorcha encendida cuando la llevaba a los mortales.
En esta ocasión comenzaremos con un relato en tres partes en el cual yo tuve mucho que ver con su resolución, no por desearlo, sino porque ese pelandrún no tuvo mejor lugar para disparar esa flecha y la rep… No, él fue alumno mío y siempre será uno de los más grandes. En fin, no debo desviarme del tema.
El primero de estos relatos se trata de Prometeo, quien era hijo del titán Jápeto y de Climene, por lo que era primo de Zeus ya que el Papote también era hijo de un titán, Cronos, hermano de Jápeto.
Durante la lucha entre dioses y titanes, Prometeo se mantuvo neutral y se cuenta que luego ayudó a los dioses, hecho que le valió ser incluido en el consejo olímpico una vez terminada la lucha.
Prometeo estaba bastante indignado contra los dioses ya que estos exigían que en los sacrificios que se les realizaban todo el animal fuera consumido por el fuego sin permitir extraer la carne para poder comerla. Esto era llamado “holocausto”, palabra que es considerada como una designación de la destrucción total. Ante esto, Prometeo mató un toro y separó la carne, luego rellenó el esqueleto y lo cubrió con la piel del animal con tanta maestría que parecía estar vivo. Llamó a Zeus y le hizo elegir entre ese toro y uno realmente vivo y Papote eligió al que Prometeo había construido. Ante esto, su primito le descubrió el engaño y le dijo que ya que para el rey de los dioses un toro sin carne era preferible a uno con carne, entonces no había necesidad de desperdiciar la carne en sacrificios. A partir de acá sucedieron dos cosas, la primera fue que la gente pudo comer la carne del animal que sacrificaban y la segunda fue que Zeus empezó a mirar con malos ojos a Prometeo por haberlo engañado.
Pero lo pero estaba por venir. Una de las versiones dice que Prometeo dio grandes dones a las criaturas vivientes, pero cuando le llegó el turno al hombre se había quedado sin ninguna y por eso decidió darles el fuego que pertenecía solamente a los dioses. La otra versión dice que Prometeo era el “civilizador” de la humanidad y como tal les enseñó muchas cosas tales como la astronomía, los fenómenos atmosféricos, la agricultura, domesticación de animales y el fuego.
La cosa es que Prometeo prendió una antorcha en la rueda del carro de Helios (el Sol) y la llevó a los humanos. Pequeña aclaración: los humanos conocían el fuego por los incendios que se producían, lo que no sabían era como producirlo ni mantenerlo, así como también desconocían su utilización.
Prometeo robó el fuego a los dioses y lo enseño a los mortales, así ellos pudieron cocinar sus alimentos, calentarse cuando había frío, forjar los metales, etcétera. De esta manera Prometeo hizo avanzar a la humanidad a pasos agigantados revelándoles los secretos que solo los dioses conocían.
Se cuenta que por esto, los hombres elevaron a Prometeo a una categoría igual o superior incluso a la del propio Zeus y esto aumentó la cólera del rey de los dioses contra Prometeo, aunque aún si esto no fuera cierto lo que no puede dudarse es que su primito lo había engañado antes y robado luego y esto es más que suficiente para hacerse acreedor de la venganza de los dioses.
Pero para eso habrá que esperar una nueva publicación.
En la imagen lo vemos con la antorcha encendida cuando la llevaba a los mortales.
